viernes, 13 de marzo de 2009

CLASE DEL DÍA 11 DE MARZO: LECTURA SOBRE RUEDAS

Podría ser cierto que a la vez que envejecemos, perdemos nuestro hábito lector debido en gran parte a problemas físicos, tales como los problemas de visión u otros mentales, como el alzheirmer. Ésta enfermedad neurodegenerativa causa estragos en la memoria y en las capacidades mentales, privando a la persona del ejercicio de múltiples actividades como la lectura. Pero, ¿podríamos, los bibliotecarios ayudar de alguna forma?
El miércoles pasado tuvimos la oportunidad de pronunciarnos al respecto, en clase, gracias al estudio del texto: "Terceredad" Lectura sobre ruedas.
Aunque el artículo subraya que nuestros mayores son los menos lectores entre la población, también hace constar el interés de algunos por incentivar el deseo de leer de éstos. Las prácticas que nombra el artículo son: la biblioteca por teléfono, un servicio público muy beneficioso para aquellos a los que el deterioro físico impide acercarse a una biblioteca en persona; el préstamo colectivo, es decir, el préstamo de lotes de libros a entidades cuyos usuarios no pueden acercarse a una biblioteca, como hospitales o residencias de ancianos; la letra grande, que apoya la necesidad de que en la industria del libro, las editoriales publiquen más ejemplares con letra grande y bien visible y "Leo para ti", que a mi parecer es una de las mejores iniciativas mencionadas en el artículo. Los primeros en desarrollar esta idea fueron los bibliotecarios de la Biblioteca del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Peñaranda (Salamanca). Se trata de la lectura en voz alta a mayores, tanto para animarlos a leer, como para ayudar a algunos de ellos que no pueden valerse por sí mismos. Se lleva a cabo en residencias de ancianos, centros de discapacitados, etc..
O bien son voluntarios los que van a leerles o son ellos mismos los que, en grupos, hacen lecturas conjuntas. De entre todas las nombradas, ésta última me parece la mejor forma de suscitar el deseo de leer entre la tercera edad. El hecho de poder estar con otras personas de su misma edad compartiendo una actividad, les es grato a la mayoría. Además facilita la lectura de libros en los que, por ciertas dificultades, por ejemplo visuales, no leen asiduamente.
Mi opinión general del asunto, es que los ayuntamientos o incluso el Gobierno, pone poco interés en la cultura de este sector de la población. A mi entender tanto derecho tienen ellos como lo tenemos todos los demás. Sí se preocuparan menos de los cuantiosos y suculentos beneficios que obtienen con otras actividades, como los viajes y se preocuparan más de acercar la cultura al pueblo, otro gallo cantería, como se suele decir. Sólo nos queda, a nosotros los humildes bibliotecarios, luchar día a día para que en nuestra sociedad la bibliotecas no solo sean utilizadas por los estudiantes en época de exámenes, y llegue el día en que en vez de pegados a la televisión, muchos prefieran salir y disfrutar del día leyendo un buen libro.

4 comentarios:

  1. Las actividades de promoción de la lectura entre los mayores, aún en sus exordios, trasladan las tradicionales actividades de animación a la lectura para niños y adolescentes al otro extremo generacional, de la infancia a la vejez. En este sentido, todavía vemos la promoción de la lectura como algo a desarrollar con categorías de lectores especiales, y dejamos de lado el segmento de la población más grande. Es incuestionable que jóvenes y mayores necesiten y merezcan más atención, y me alegro enormemente por todas las iniciativas que menciona Raquel en su comentario. Lo que me deja perpleja es la idea de que la lectura, y por consiguiente la promoción de la misma, tenga un papel solo para ciertas categorías de personas y no indiferentemente para todo ciudadano.

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  2. Coincido Michela. Soy bastante crítica de que la animación sólo esté relacionada con el público infantil. En general suscribo las ideas de Victor Moreno que dice cosas provocadoras en extremo sobre la validez de la animacion. Lo han leido?

    Siguiendo a Víctor Moreno no hay nada incluso, que se aleje más de lo que implica la lectura en sí que estas actividades de animación: mientras que la lectura es una actividad eminentemente reflexiva, introspectiva, que demanda silencio y quietud, la animación implica movimiento, desplazamientos, acción.

    La dicotomía planteada entre lectura ideal-mítica y la experiencia real (desilusionando al lector tras semejante promesa) podría bien tener que ver con la escasez de lectores jóvenes y adultos:

    “En los juegos de animación lectora los niños leen, pero, cosa curiosa, no se hacen lectores. O dicho con más propiedad: la animación lectora no garantiza la existencia futura de unos fervientes lectores. Y es una pena. Y, también, un síntoma. Nos convendría, por tanto, cierta cautela, tanto teórica como procedimental.
    Sabedores de que el juego es un ingrediente básico y fundamental de toda animación, ello no debería llevarnos a un optimismo reduccionista de la definición de lectura. Leer no es un juego, ni una aventura, ni un viaje. Son entusiastas metáforas que más que aclarar confunden. Leer involucra capacidad de concentración, autocontrol, olvido del tiempo y olvido temporario de uno mismo. ”

    El autor plantea otra mirada sobre la implementación de actividades de animación por sí solas: al alumno le encantan, mientras no tenga que comprometerse en la lectura, sostiene. Mientras se trate de actividades lúdicas, las disfruta y celebra. “Estoy convencido de que lo fácil es hacer animación lectora. Al alumnado le encanta, mientras no haya que leer”, arriesga. Leer en serio ya es otra cosa; y es ahí donde el alumno muestra reticencia a acercarse al libro que no es eso mismo que le han mostrado en la animación.

    Complementando su hipótesis es posible sostener que la falta de orientación y el acompañamiento durante la selección son la clave de que esa relación no fructifique.

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  3. Después de leer lo que dice Fernanda, me pregunto si existen estudios longitudinales donde se midan los efectos de las campañas de animación a la lectura a largo plazo. ¿Un niño que haya participado en muchas iniciativas de animación a la lectura será un ávido lector de mayor? Quizás nunca se haya hecho este tipo de estudio, pues la orientación a la lectura es un área muy nueva y muy poco investigada. Pero, además, el mundo académico de la biblioteconomía y documentación parece haber descuidado esta área por completo o haberla enfocado desde el punto de vista de los estudios literarios que, por mucho que tengan que ver con el texto, no tratan de las implicaciones sociales de la lectura. De hecho, si hablamos hoy en día de orientación a la lectura se lo debemos enteramente a los bibliotecarios. Quizás deberíamos encontrarnos más a menudo bibliotecarios y universitarios, pues aquí, en este blog, donde nos estamos confrontando van surgiendo cuestiones de investigación: ¿Qué efecto tienen los programas de animación a la lectura a largo plazo? … …

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  4. Tambien a mí me picaba la curiosidad sobre ese punto especificamente: si existen estudios donde se mida el impacto de las campañas de animación a la lectura en relacion a la actitud de lectura a lo largo del tiempo. La diferencia es que entiendo esos estudios como dentro del marco de la Animacion, no de la Orientacion. (que tampoco los hay)

    La animacion tiene ya una larga tradicion detras suyo, hay unos 30 años , 40 diriamos de trabajo sostenido en ese campo. Hay un corpus enorme, pero esto o se refleja en evaluacion. Muchos autores sostienen que la A de L no crea lectores (Victor Moreno y otra española q se me escapa el nombre, entre ellos)


    No solo no hay estudios longit. (segun mi arqueo) sino que no fui muy bientratada por preguntar algo asi. Sin dudas la animacion es un DOGMA. incuestionable. Punto.

    Les mando abrazo

    Me explico? :)

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